No se puede empezar a aprender a bailar un ritmo específico de baile sin saber realmente que es en esencia bailar. Bailar es dejarse llevar por una música y moverse al compás de ella. Nada más… y nada menos. No es necesario ser un técnico, perfecto o exacto. Solo se debe dejar que la música despierte las emociones, para así expresar con el cuerpo, todo lo que se siente.
Bailar es primero emoción, luego movimiento. Por eso todas las personas pueden bailar, porque todos tienen sentimientos, salvo excepciones, todos pueden moverse, incluso quienes tienen alguna discapacidad, son capaces de expresarse moviendo aquellas partes de sus cuerpo que pueden manejar.
No se baila bien o mal, si es desde las ganas es maravilloso y terapéutico. Es un mecanismo perfecto para desestresarse, para dejar de pensar, de preocuparse e incluso de angustiarse. Cundo se baila el corazón y el cuerpo hablan y la mente se calla. Sale lo mejor de cada persona, desde sonrisas, hasta carcajadas con el pisotón del tropiezo. La posibilidad de bailar es un regalo al ser humano, negarse a aceptarlo es una descortesía y un desprecio.
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